Sí, la humedad tiene un terrible efecto en la salud pero sus síntomas no se muestran normalmente de forma inmediata sino a largo plazo. Los efectos son especialmente nocivos en bebés, ancianos y personas con asma, alergias, afecciones respiratorias o enfermedades inmunodeprimidas.
La exposición a elevados niveles de humedad en el ambiente aumenta la posibilidad de contraer ciertas enfermedades respiratorias (como el asma o la sinusitis) e infecciones pulmonares (como la
bronquitis). Y no solo eso, la humedad contenida en el aire también puede causar síntomas inmediatos como sensación de malestar, escalofríos, fatiga y dificultad para respirar, dolor de cabeza,
malos olores…
Es un hecho que el moho es una de los principales desencadenantes de alergias. Por regla general es muy común encontrarlos cuando hay acumulaciones de agua: baños, marcos de las ventanas
así como sótanos y estancias húmedas.
El frío y la humedad son factores que pueden aumentan el dolor a personas con enfermedades reumáticas o que hayan sufrido accidentes musculares o una fractura de huesos.
Además, la humedad en las paredes es el hábitat idóneo para ácaros, hongos y bacterias que pueden provocar muchas enfermedades y alergias. Mucha gente termina desarrollando alergias a los hongos,
como la aspergilosis, que es causada por un hongo que afecta especialmente a bebés y personas mayores.
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